Era tarde,
muy tarde,
cuando le vimos las
entrañas a la noche;
sobraban las estrellas…
…
Pero no su luz.
Descubrí que,
lejos del tiempo
(y
lejos del frío,
y lejos de ti)
se acumulaban las
excusas
en esos jarrones donde
solíamos guardar los sueños.
Y una capa de escarcha
aún
más fría
si
es que eso se existía,
nacía de mis dedos
como de los tuyos nacía
la vida,
tu
vida.
(y,
a veces, mi muerte.
Pero
tú esto no se lo digas a nadie,
que
la nada es muy fisgona,
el
vacío es arisco,
y los poetas ya no saben dónde
lanzarse).
Es absolutamente perfecto. Me ha encantado, de verdad.
ResponderEliminar(Guardaré el secreto).
Te leo!
Un beso!
<3
EMME